Experimentar problemas y dificultades en la vida forma parte de la condición humana y es algo que no siempre podemos evitar. Todos en algún momento, nos hemos tenido que enfrentar con obstáculos e inconvenientes no deseados frente a los cuáles no hemos sabido cómo reaccionar. En muchas ocasiones, nos hemos dado por vencidos pensando que no había forma de cambiar la situación o que sencillamente el problema era irresoluble. Tener problemas y vivir acontecimientos desagradables es algo inevitable. Lo que es sí es opcional y depende únicamente de nosotros, es poder reconvertirnos para poder afrontar esos acontecimientos con más optimismo, fuerza y serenidad. La clave consiste en un cambio de actitud.
«¿Qué cosas puedo hacer yo para intentar que esta situación que estoy viviendo sea más agradable o más llevadera?» .
- Primero tengo que aceptar la situación sin intentar resistirme a ella o negarla. El que niegue la existencia de un problema no hace que éste desaparezca.
- Después tendré que comenzar un proceso de autorrestructuración para intentar descubrir cuáles son los recursos de los que dispongo para hacer frente a lo que me está sucediendo.
- En vez de valorar la situación como una amenaza, voy a interpretarla con un reto o un desafío. Este cambio de valoración generará en nosotros la aparición de emociones más placenteras como la ilusión y la motivación que favorecerán una actuación más adaptativa y resolutiva.
Quizá pensemos que la situación no puede cambiar, pero probemos a cambiar la visión que tenemos de ella. En realidad, no tenemos nada que perder.
AUNQUE NADA CAMBIE, SI YO CAMBIO,
TODO CAMBIA
Os animamos a visionar un corto estupendo sobre el valor de la amistad, la aceptación incondicional del otro y la capacidad para superar las dificultades. Todos podemos ser esa cigüeña 😉