CUANDO LOS «DEBERÍA» Y LOS «TENGO QUE» NOS INUNDAN
En la sociedad actual prima la educación basada en la importancia de la productividad, de mejorar las propias capacidades y de no perder el tiempo. A priori, parece que una educación basada en pilares similares a los anteriores puede resultar beneficiosa para desarrollarnos a nivel académico o laboral, o para sobrellevar las dificultades que puedan surgir en el día a día. Y lo cierto es que, si bien ser responsable de una manera proporcionada puede favorecer el crecimiento personal y el autocuidado, un sentido de la responsabilidad desproporcionado puede dar lugar a sentir síntomas tales como ansiedad o estado de ánimo depresivo.
¿Cómo son las personas hiperresponsables o que se exigen en exceso?
Normalmente, la hiperresponsabilidad va acompañada de numerosos imperativos dentro del propio diálogo interno, además de sentimientos de culpabilidad. Por ejemplo: «tengo que hacer los exámenes perfectos», «tengo que ver qué puedo organizar en este fin de semana para que todos se lo pasen bien», etc.
Las personas hiperresponsables tienden a responsabilizarse de asuntos, situaciones o circunstancias que en realidad son responsabilidad suya sólo en cierta media, o lo son por completo de otras personas o no lo son de nadie en particular. Un par de ejemplos podrían ser los siguientes: un alumno suspende un examen y el profesor al corregirlo piensa “debería haber explicado mejor la asignatura” o un empleado de una oficina recibe un correo con una propuesta de un posible proyecto durante un fin de semana, no abre su cuenta y piensa “tendría que haber abierto el correo, aunque estuviera fuera de mi horario de trabajo”.
Resulta importante también tener en cuenta que la hiperresponsabilidad se puede manifestar en un área concreta de la vida y no en todas. Por ejemplo, se puede ser hiperresponsable en el ámbito laboral y no serlo en el área familiar. Esto depende de cada persona, de su personalidad y de sus circunstancias vitales.
Consecuencias de la hiperresponsabilidad
Las consecuencias de la hiperresponsabilidad, como adelantábamos en las primeras líneas, implican un gran coste energético y emocional. Las personas hiperresponsables se encuentran en un estado de alerta prácticamente continuo. Sienten una gran dificultad a la hora de delegar tareas y tienden a actuar de una manera hipercontroladora y crítica, sobre todo con ellos mismos.
Para concluir, comentar que, si identificamos que somos hiperresponsables en algún área de nuestra vida, ya habremos dado el primer paso para empezar a desarrollar un sentido de la responsabilidad más sano: darnos cuenta de la propia hiperresponsabilidad. El ser conscientes de ello nos sitúa en la posibilidad tanto de poder ayudarnos como de poder buscar ayuda en un psicoterapeuta.
Esperamos que este post te haya resultado interesante y si te has sentido identificado/a, poco a poco puedas ir cambiando algunos «tengo que» o «debería» por «puedo», «elijo» o «quiero». Nosotros estaríamos encantados de poder ayudarte.