¿QUÉ ES LA CONCENTRACIÓN Y CÓMO FUNCIONA?

 

Para las distintas ocupaciones, retos, tareas o actividades que tenemos que desarrollar en nuestro día a día necesitamos concentrarnos en mayor o menor grado. A menudo, aun queriendo lograr el mejor estado de concentración, éste puede encontrarse con interferencias o velar por su ausencia.

Cuando hablamos de concentración hablamos de la capacidad de enfocar nuestra atención a una actividad o una idea de manera selectiva, restringiendo a la vez el paso de pensamientos distractores a nuestra mente.

En ocasiones el ejercicio de la concentración es una capacidad mental natural y automática que no requiere de un planteamiento en relación a cómo o en qué concentrarse. Es decir, hay casos en los que la concentración se logra de manera involuntaria. También es cierto que hay personas a las que concentrarse en un tema determinado les supone un gran esfuerzo y tienden a distraerse. La distracción es la pérdida de la concentración y se desarrolla cuando el pensamiento escapa a otras cuestiones, sin que la persona sea capaz de mantenerse en la tarea o asunto que requiere de su concentración.

El nivel y la capacidad de concentración de una determinada persona no permanecen inmutables, pueden variar en función de diferentes factores fisiológicos (cansancio, equilibrio hormonal, eficiencia del sistema nervioso central…) y psicológicos (estado emocional, situación de vida actual…).

Se puede aprender a desarrollar la capacidad de concentración y resulta fundamental para nuestro día a día. Tener una buena capacidad de concentración ayuda a ser más eficiente y preciso a la hora de desarrollar cualquier tarea o actividad. Además potencia la memoria y la efectividad y rapidez en la toma de decisiones, entre otros muchos beneficios.

 

Algunas claves para mejorar tu concentración

 

• Descansar el tiempo suficiente.

Un descanso óptimo resulta fundamental para poder rendir bien al día siguiente dado que facilita la recuperación cerebral y cognitiva.

 

• Gestionar el estrés y/o la ansiedad

Resulta importante poder dedicar unos minutos a observar cómo nos sentimos y a preguntarnos qué necesitamos antes de realizar una tarea o actividad que requiera de nuestra concentración. En este sentido, para poder desarrollar una actividad cognitivamente demandante durante un tiempo determinado, es necesario contar con un nivel de activación que no sea ni excesivamente relajado (puede inducir al sueño y a la escasa retención de datos) ni excesivamente activo (la excesiva activación evitaría la focalización de la atención en una sola actividad o tarea).

 

• Espacio cómodo y evitando distracciones

Encontrar un lugar en el que nos sintamos cómodos desarrollando la tarea o actividad en la que nos tenemos que concentrar puede ser de gran ayuda. Además es conveniente que en dicho lugar encontremos la menor cantidad de distractores posible.