Este post es la continuación del anterior: “Principales mecanismos de defensa I”. En ambos posts, nuestra intención es la de mostrar brevemente las características más significativas de los principales mecanismos de defensa.
Intelectualización
Se intenta dar una formulación discursiva a sus conflictos y emociones con el fin de controlarlos. Se combina el aislamiento emocional que normalmente acompañaría a un acontecimiento doloroso, con una explicación racional que parece despojar al acontecimiento de su importancia personal y de su sentido desagradable. Se relaciona con la racionalización, pero una de las finalidades primordiales de la intelectualización consiste en mantener la distancia y neutralizar los afectos. Por ejemplo, una persona que al ir a hablar de cómo se siente en la relación establecida con su padre habla del concepto de “oposición a la autoridad”. Puede ser un discurso coherente y con bastante contenido, pero a la vez le permite alejarse de la posibilidad de implicarse emocionalmente.
Racionalización
Se tiende a dar una explicación lógica a los sentimientos, pensamientos o conductas que, de otro modo, provocarían ansiedad o sentimientos de inferioridad o de culpa. Se sustituye, en este sentido, una razón real que no es aceptable por otra que resulta aceptable. A diferencia de la intelectualización, la racionalización no implica una evitación sistemática de los afectos, atribuye a éstos motivaciones más plausibles que verdaderas, dándoles una justificación de tipo racional o ideal. Por ejemplo, un comportamiento sádico en tiempo de guerra justificado por las necesidades de la lucha, el amor o la patria.
Desplazamiento
Aparece cuando resulta intolerable expresar el afecto o sentimiento directamente hacia la persona que lo provoca y se desvía dicho afecto hacia otro sujeto u objeto que lo sustituya. Este mecanismo actúa en las fobias o en el fracaso de la represión. Por ejemplo, un empleado de una oficina que se enfada con su jefe y como siente que no puede expresarle su enfado directamente a él, lo dirige hacia su subordinado, a modo de chivo expiatorio.
Regresión
Es algo que está implícito en el desarrollo. La maduración de una personalidad es un proceso que gradualmente se va cumpliendo a través de etapas, pero la etapa a la que se ha llegado no implica la superación total de la anterior. La regresión hace referencia a cualquier retroceso a hábitos o patrones de comportamiento anteriores. Actúa como mecanismo de defensa cuando el sujeto se encuentra ante una situación que no puede resolver. Se recurre a la regresión retrocediendo a una etapa dentro de su historia de vida, en la que la persona puso sentir que las condiciones eran más favorables. Por ejemplo, una adolescente al que no se le permite ir un fin de semana de vacaciones con unos amigos y reacciona con una rabieta como las que podía desarrollar cuando era niño.
Negación o Denegación
Se expresa de manera negativa un deseo o pensamiento cuya presencia o existencia niega. Es un medio para tomar conciencia de lo que se reprime en el inconsciente y, de esta manera, “negándolo”, se libera de las limitaciones que le impone a la represión. Por ejemplo, una persona con alcoholismo que niega tener un problema con el alcohol. Es como si, inconscientemente, de esta forma pudiera liberarse de la sanción del Superyó por depender del alcohol, porque esta representación la “expulsa” de su psiquismo.