EN BUSCA DE LA SERENIDAD
Serenidad, calma, paz interior… Son estados que a veces se tornan inalcanzables por todo lo que puede acontecer a nuestro alrededor: conflictos, discusiones, presiones, pérdidas… Y lo cierto es que todos poseemos en nuestro interior un espacio donde poder conectar con esa serenidad, un espacio que no desaparece incluso aunque, en un momento dado, todo a nuestro alrededor sean tormentas y marejadas. Solo tenemos que encontrarlo a través de nuestra propia escucha, de nuestro crecimiento personal y, algo fundamental para poder hacerlo es confiar en nuestra propia capacidad de encontrarlo.
A continuación, te facilitamos algunas sugerencias que puedes poner en práctica para ayudarte a encontrar tu propio espacio de serenidad:
Prueba a concentrarte en tu respiración
Dedica(te) unos minutos a conectar con tu respiración, empezando simplemente por observar cómo ocurre de manera natural, sin tratar de modificarla ni cambiarla. Después, poco a poco, haz esa respiración más profunda, tratando de llevar el aire desde la nariz al abdomen.
Puede que durante el ejercicio acudan a ti pensamientos que hagan que dejes de concentrarte en tu respiración. No pasa nada, cuando te des cuenta trata de aceptar esos pensamientos y vuelve a focalizar tu atención en tu respiración y en todas las sensaciones físicas y emocionales que la acompañan.
Busca un lugar que te transmita serenidad
¿Conoces algún lugar en el que te sientas realmente tranquilo, en paz, sereno…? Y si no te viene ninguno a la mente ¿cómo sería para ti ese lugar? Constrúyelo en tu imaginación con todo lujo de detalles (¡hay infinitas posibilidades!) y dedica unos minutos al día a visualizarlo con actitud de meditación, tratando de conectar con esa serenidad que te transmite ese lugar ya sea real o construido por ti en tu imaginación.
Intenta tratarte con una actitud (auto)empática y amorosa
Resulta tremendamente importante poner el foco en cómo nos tratamos a nosotros mismos, cómo es nuestro diálogo interno. Para poder conectar con ese espacio personal de serenidad te proponemos: ser empático contigo mismo, adoptar una actitud de no juicio, escucharte, atender tus necesidades y darte las gracias por muchos de los esfuerzos diarios que llevas a cabo igual que se lo agradecerías a un amigo.