CÓMO SABER SI ESTÁS EXPERIMENTANDO BURNOUT
¿Sientes mucho estrés asociado con el trabajo? ¿Conectas a menudo con frustración o con la sensación de no poder dar más de ti mismo? ¿Te sientes triste, te aíslas cada vez más y/o mantienes una actitud hostil o irascible con los demás? Si tu respuesta a alguna de estas preguntas es “sí”, es posible que estés experimentando burnout o síntomas de agotamiento en el trabajo y necesites poner más el foco en tus emociones para cuidarte.
Es posible que hayas oído hablar del denominado “Síndrome de Burnout” o “síndrome del trabajador quemado”. Este síndrome reúne una serie de síntomas asociados con el desgaste físico, mental y emocional. Aunque es importante tener en cuenta que no se encuentra recogido por los principales manuales diagnósticos de salud mental. Los síntomas que se suelen asociar a esta etiqueta diagnóstica son de carácter ansioso-depresivo y pueden surgir en el área laboral, pero acaban extendiendo su influencia al resto de ámbitos de la vida.
Consideramos que puede resultarte más enriquecedor poner el foco en las emociones o sensaciones que estás sintiendo en este momento que en tratar de valorar si tu estado se ajusta o no a la etiqueta diagnóstica de “Síndrome de Burnout”. Por tanto, a pesar de la relación tan estrecha que puede existir entre lo que vamos a detallar a continuación y este síndrome, a lo largo de estas líneas vamos a hablar fundamentalmente de agotamiento emocional y de emociones o sensaciones como tristeza, rabia o estrés y no específicamente de los criterios diagnósticos del “Síndrome de Burnout”.
SÍNTOMAS DE AGOTAMIENTO EN EL TRABAJO
¿Qué emociones o sensaciones pueden servirte como indicadores de que necesitas brindar una atención y un cuidado más minucioso a tu mundo emocional?
- Sentir una profunda tristeza y ansiedad que empezó asociada al trabajo y ahora parece que se expande a tu vida personal.
- Experimentar un intenso grado de agotamiento emocional y físico que te lleva a emplear estrategias de afrontamiento insanas como aislarte en tu puesto de trabajo.
- Conectar con una sensación de pérdida de compromiso por tu parte con tu labor profesional.
- Si la relación de competitividad con tus compañeros y tu tendencia a compararte con los demás te hacen sentirte “pequeñito”, con la autoestima baja.
- Si la irascibilidad y los conflictos suelen estar presentes en buena parte de tu día y, por tanto, las relaciones con tus compañeros de trabajo se encuentran deterioradas.
- Dificultad para concentrarte y además te planteas (o te plantean) objetivos que se escapan de la realidad, inalcanzables. Lo que a su vez puede hacer que sientas frustración de una manera recurrente y una sensación de “inadecuación” profesional e incluso personal con respecto a tu puesto de trabajo.
- Sentir con frecuencia dolores musculares, migrañas, taquicardias o problemas digestivo.
- Dificultad para conciliar el sueño o tienes muchos despertares nocturnos y te descubres pensando en asuntos relacionados con el trabajo o con relaciones con compañeros.
- Si la resonancia emocional que estamos describiendo a lo largo de estos puntos te lleva a desarrollar conductas de riesgo que dañan tu salud como consumir alcohol u otro tipo de sustancias, autolesionarte o mantener peleas.
¿CÓMO DEJAR DE SENTIRTE MAL EN EL TRABAJO?
En muchas ocasiones, no se toma conciencia de la situación hasta que buena parte de los signos anteriores están presentes con intensidad. Una identificación temprana puede ayudarte a tomar medidas a tiempo para cuidarte, fomentar tu crecimiento personal y ahorrarte sufrimiento. El próximo post, “Claves para reducir el estrés laboral” lo dedicaremos precisamente a este aspecto del cuidado y la prevención.