Psicólogos para la Autoestima
La autoestima es una herramienta más que necesaria para tener una vida mental sana y poder desenvolvernos de la mejor manera posible en el día a día de esta sociedad moderna y acelerada.
Tener buena autoestima no tiene que ver tanto con la vanidad o con el egocentrismo como con el saber valorarse a uno mismo. Se puede ser humilde y tener muy buena autoestima. Al final, gozar de una buena autoestima significa conocer nuestros límites y, sobre todo, saber de lo que somos capaces. Se trata de ser realistas y aceptar nuestros puntos débiles y nuestra limitaciones, se trata de asumir aquellas cosas que nos cuestan más, y especialmente, la buena autoestima, consiste en valorar como meritorio aquellos objetivos logrados que nos ha costado conseguir, aunque para otros pudiera ser algo sencillo.
Se puede perder la autoestima más fácilmente de lo que pensamos. La autoestima no es algo estable a lo largo del tiempo, sino que es una dimensión psicológica que fluctúa en función de varios factores internos y externos. Esta sociedad, o lo que nos dicta nuestra cultura y nuestros convencionalismos, ejerce una presión continua tanto en el ámbito familiar, como en el de los estudios, en el trabajo o en el plano social y sentimental… Se nos exige tener éxito en todo aquello que hacemos, triunfar, alcanzar las más altas metas… Y a veces un pequeño error o un pequeño fracaso nos puede hundir por completo y minar nuestra autoestima. Es positivo tener ambiciones, pero también hay que saber medir las distancias y los esfuerzos. Y aprender que el fracaso también forma parte de la vida y es algo con lo que podemos aprender y mejorar.
Errar no es fracasar si el error se transforma en experiencia. Para poder sobrellevar mejor esta carga continua de presiones que nos asalta día a día en estos tiempos, la autoestima es un arma muy valiosa y necesaria. La autoestima nos ayuda a enfrentarnos a nuevos retos. Pero eso no significa que nos haga correr riesgos innecesarios, sino que tener buena autoestima también significa saber cuándo algo está más o menos fuera de nuestro alcance. Y, sobre todo, aprender y querer mejorar cuando algo de lo que nos proponemos es más costoso y complicado.
La autoestima, como hemos dicho, es una dimensión que fluctúa y, por tanto, también se puede mejorar. A veces, sin embargo, recuperar la autoestima perdida es muy difícil y se necesita ayuda profesional. No es fácil salir de un círculo de presión y exigencia, que muchas veces nosotros mismos, al mirarnos al espejo, nos imponemos. En algunas ocasiones, esto se complica aun más porque lo más difícil es reconocer ese bucle negativo en el que hemos caído. Y por eso, es importante acudir a profesionales cuando esto empeora impidiéndonos desenvolvernos de forma adecuada en nuestro día a día. Por eso, para recuperar la autoestima y, sobre todo, para aprender a levantarla cuando esta decae, es importante acudir a psicólogos, profesionales expertos en enseñarnos a conocernos a nosotros mismos y a mejorar como personas.
La autoestima es aprender a conocernos a nosotros mismos y, por extensión, a valorarnos como personas en el mundo. Por eso, es importante saber cuidar nuestra autoestima y cuidarnos a nosotros mismos.