¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE TEMPERAMENTO, CARÁCTER Y PERSONALIDAD?
A menudo podemos observar cómo estos tres términos son empleados indistintamente como si de sinónimos se tratara. Y, lo cierto es que, aunque guardan una relación estrecha, cada uno hace referencia a un concepto diferente y conviene tener claros los límites existentes entre los tres.
A lo largo de este post pretendemos mostrar algunos de los aspectos más importantes acerca del temperamento, el carácter y la personalidad. Y, antes de continuar, conviene tener en cuenta que temperamento y carácter son dimensiones de la personalidad, es decir, partes esenciales de la misma.
Temperamento
Al hablar de temperamento estamos haciendo referencia a la dimensión orgánica e instintiva de la personalidad. Es decir, se trata del componente innato de nuestra personalidad que viene determinado por la herencia genética y que influye de manera significativa en el funcionamiento de los sistemas nervioso y endocrino.
Como el origen del temperamento es la dotación genética, es importante tener en cuenta que éste es difícilmente modificable. Es decir, siempre va a acompañar a la persona como una tendencia, ahora bien, sí que es posible aprender y desarrollar recursos para potenciar o inhibir la manifestación del propio temperamento.
Carácter
Con respecto al carácter, es importante señalar que se trata del componente adquirido de la personalidad, entendiendo por éste el conjunto de aprendizajes y experiencias vividas por una persona.
En la actualidad, aunque dentro de la bibliografía que aborda el concepto de carácter existen discrepancias, parece que la mayoría de propuestas teóricas coinciden en señalar que el carácter deriva de la interacción. Es decir, en la definición de este concepto incluyen la influencia del entorno, del contexto, de las experiencias y de la cultura en la personalidad de cada individuo.
Personalidad
Por último, la personalidad es la integración de temperamento y carácter, de dotación genética y aprendizajes. Por lo tanto, la personalidad no se puede considerar únicamente fruto de la herencia genética o de la influencia del entorno y de las experiencias vividas, si no del conjunto. En este sentido, cabe destacar que es precisamente esta integración entre genética y contexto lo que hace que cada persona cuente con una personalidad diferente, es lo que nos hace únicos.