“La empatía es la mayor virtud. Desde ella, todas las virtudes fluyen”. (Eric Zorn)
Desde la corriente filosófica de la fenomenología, cuyo máximo representante es Edmund Husserl, filósofo y lógico alemán del siglo XIX, se entiende por empatía el darse cuenta de lo que al otro le pasa. Es la captación o aprehensión de las vivencias ajenas. Hay vivencias emocionales propias como alegría, tristeza o miedo y, también, las hay ajenas, es decir, los demás también desarrollan y sienten sus propias emociones. Captar estas vivencias ajenas forma parte de la empatía.
Sin duda, las aportaciones de Edith Stein, filósofa y religiosa de origen judío, asesinada en los campos de exterminio de Auschwitz, sirvieron de gran ayuda para esclarecer la naturaleza del acto de empatía. Con el término “empatía” se traduce el alemán “Einfuhlung”, y la misma Edith lo define así: “Es una experiencia sui generis, la experiencia del estado de consciencia de los otros en general… la experiencia que un yo en general tiene de otro yo similar a éste”.
EMPATIZAR CON ALGUIEN NO ES LO MISMO QUE IDENTIFICARSE CON ÉL
Stein desarrolló la idea de que al empatizar resonamos con sentimientos originarios del otro y esto implica que surjan en nosotros sentimientos diferenciables de los primeros.
Podemos definir entonces la empatía como la resonancia interna que sentimos de la emoción o estado emocional de la otra persona, sabiendo que esa emoción no es propia, sino que es originaria del otro. Esta definición no coincide con lo que habitualmente entendemos por empatía, dado que se suele hablar de empatía como sinónimo del concepto de identificación. En este sentido, resulta importante tener en cuenta que empatizar es resonar con el otro y no identificarse con él. Así la identificación es la propia colocación inconsciente en el lugar del otro, la fusión o unificación con el otro en tanto que hemos ocupado su lugar.
Para concluir, ofrecemos el siguiente ejemplo para ilustrar estas ideas que giran en torno al concepto de empatía: Yo puedo ver a alguien que acaba de sufrir un atraco, capto y comprendo su angustia, es decir, empatizo con ella, pero no significa que yo esté viviendo como propia su angustia. Resonando con su angustia, yo puedo sentir otra angustia diferente, la mía, o cualquier otra emoción o sensación.
“La empatía es la experiencia de la consciencia externa en general”. (Edith Stein)
Si te interesa conocer un poco más sobre la empatía, te invitamos a que leas nuestro post: «Claves para practicar la empatía«