Quizá hayáis escuchado alguna vez hablar sobre el Ello o el Superyó de Freud pero, ¿a qué se refieren en realidad estos términos?
Sigmund Freud empleó estos tres conceptos (Ello, Yo y Superyó) para hacer alusión al conflicto o a la lucha interna existente entre fuerzas antagónicas que rigen la manera personal de pensar y actuar. El objetivo principal del psicoanálisis consistiría entonces en conseguir que emerja la verdadera naturaleza de estos conflictos.
Tomando de referencia la teoría psicoanalítica de Freud, a continuación, vamos a describir brevemente qué son el Ello, el Yo y el Superyó.
EL ELLO
El Ello es la primera instancia psíquica que aparece en todas las personas. Es decir, está presente desde el nacimiento, a diferencia de las otras dos estructuras psíquicas de las que hablaremos a continuación (Yo y Superyó). Por lo tanto, durante los primeros años de nuestra vida es la que rige nuestro aparato psíquico.
El Ello opera a través del principio del placer inmediato. Esta instancia lucha por hacer que la conducta se rija precisamente por las pulsiones, los impulsos, los deseos o el placer, sin tener en cuenta las posibles consecuencias.
EL YO
El Yo surge aproximadamente a partir de los dos años de edad. Esta instancia psíquica se rige por lo que en psicoanálisis se conoce como el principio de realidad. A diferencia del Ello, el Yo nos enfoca a pensar en las consecuencias de nuestra conducta. Por tanto, en su manera de operar se enfrenta al Ello, al tratar de contener o reprimir su contenido mediante mecanismos de defensa y, también como veremos más adelante, entra en conflicto con el Superyó al intentar evitar la posible sensación de “asfixia” que puede provocar la naturaleza restrictiva de éste.
EL SUPERYÓ
El Superyó aparece aproximadamente a partir de los tres años de edad y surge de aprendizajes asociados a la socialización e integración de normas. Esta instancia psíquica intenta conseguir respeto en el aparato psíquico por el cumplimiento de las normas morales. En ocasiones el Superyó presiona para tratar de ajustar la propia personalidad a lo que se considera correcto y/o perfecto a nivel social.
El Superyó se encuentra por tanto, en conflicto con el Ello y con el Yo. El Ello rechaza someterse a todo lo que tiene que ver con la moral, la ética o las convenciones sociales y, el Yo, a pesar de tratar de aplacar los impulsos, deseos o pulsiones del Ello, también se mueve por objetivos individuales centrados en la supervivencia y en la adaptación al entorno.
¿Cómo interactúan estas tres instancias psíquicas?
En resumen, el Ello contiene las pulsiones, impulsos y deseos. El Superyó es el conjunto de valores morales y creencias en las que proyectamos la mejor versión de nosotros mismos y el Yo es el mediador entre el Ello y el Superyó. Intenta disfrutar y satisfacer las necesidades del Ello pero sin romper las normas del Superyó. Según una aportación de Anna Freud a esta teoría psicoanalítica, el Yo es un espacio en el que observamos todo lo que ocurre en el Ello y el Superyó. Cuando el Yo fracasa en esa mediación y no logra encontrar un equilibrio óptimo entre las otras dos instancias es cuando aparecen síntomas de sufrimiento psíquico.
Teniendo en cuenta todo esto, podríamos hacernos la siguiente pregunta:
¿cuál de las tres instancias puede estar teniendo más peso en nuestra vida?
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muchas gracias, me encanto el articulo, muy claro y orientador.
Excelente.